Pequeño Homenaje a Elsa Bornemann
Quiero contarles, que no soy docente, pero si, que tuve la oportunidad de practicar la docencia en una escuela de cordillera.
Por ello quiero hacer un pequeño homenaje a esta docente que acaba de fallecer. Fué un icono de la literatura infantil.
En aquellos tiempos, sus cuentos, canciones, novelas, poemas y piezas teatrales, me ayudaron muchísimo para interactuar con los chicos. A veces les cambiaba palabras, o situaciones, para adaptarlos a la realidad y cultura cordillerana. Fue una autora que hizo que muuuuchos de mis niños imaginaran mas y mas historias, mezclándolas con sus propias historias y leyendas, trasmitidas de generación en generación, como "el cuero del lago", "las machis lloronas" las lágrimas del pehuén".... era un enredo muuuuuuuy divertido, pues nos reíamos muuuuuucho
Por estos tiempos, calculo que son pocos los que no leyeron o escucharon un cuento de Elsa Bornemann
Una GENIA !!! también maestra nacional y profesora en Letras, y con ese saber recorrió América, Europa y Japón dictando talleres literarios.
Entre los premios con que se distinguió su trabajo, se destaca San Francisco de Asís por "toda su obra en beneficio de la infancia".
A mi siempre me gusto este Poema, porque me imaginaba a las frutas, verduras y hortalizas, caminando, hablando, vestidas, con manos y pies...... no sé, será porque no tuve mucha infancia, pero me encantaaaaaaaaaaaa !!!!
Se los copie, por si tienen ganas de leerlo, simplemente un pequeño homenaje
SE MATÓ UN TOMATE
¡Se mató un tomate!
¿Quieren que les cuente?
Se arrojó de la fuente
sobre la ensalada
recién preparada.
Su rojo vestido
cayó haciendo arrugas
al mar de lechugas.
Su amigo Zapallo
corrió como un rayo
pidiendo de urgencia
por una asistencia.
y remedios trajo.
llamó a la carrera
Después de sacarlo
quisieron salvarlo
pero no hubo caso:
¡Estaba en pedazos!
Preparó el entierro
la agencia “Los Puerros”.
¿Quieren que les cuente?
Llegó muy doliente
Papa, el presidente
del Club de Verduras,
para dar lectura
de un “Verso al tomate”
mientras, de perfil,
el gran Perejil
hablaba bajito
con un rabanito.
También el Laurel
(de luna de miel
regresó de prisa
en su nuevo yate
por ver al tomate.
Acaba la historia:
Ocho zanahorias
y un alcaucil viejo
con diez berenjenas
de verdes melenas, sobre una carroza
bordada con rosas.
Choclos musiqueros
con negros sombreros
tocaron violines
quenas y flautines,
y dos ajíes sordos
y espárragos gordos
cantaron la misa.
El diario espinaca
la noticia saca:
-Hoy, ¡qué disparate!
¡se mató un tomate!-
Al leer, la cebolla
Una remolacha
se puso borracha.
-¡Me importa un comino!
dijo Don Pepino...
y no habló la acelga
(estaba de huelga)
(Elsa Isabel Bornemann)
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